POSTFACIO
Soledad de Alain Saint-Saëns:
Amor, poesia, libertad… muerte.
El
paisaje desértico… el cielo azul… un sol radiante…el
calor….el silencio… De repente, el silbido del
viento y sorprendente cambio repentino del paisaje y
de los colores… sol y sombra… un panorama sin fin…
Sentado junto a la ventana
de un minibús que me llevaba de Teherán a Isfahán,
leía el texto de una obra teatral titulada
Soledad. Vida y muerte de una poeta, escrita por
el poeta y dramaturgo francés Alain Saint-Saëns,
radicado en Paraguay, a quien tuve la oportunidad de
conocer en 2012, durante mi primera visita a
Asunción. En ese momento apareció en mi vida una
novela muy especial, El invierno de Gunter,
de la cual me habló el dramaturgo, siendo por aquel
entonces el Director de Relaciones Internacionales
de la Universidad del Norte. Y al final, gracias a
sus gestiones, tuve la oportunidad incluso de
conocer personalmente a Juan Manuel Marcos, el autor
de El invierno de Gunter y Rector de esa
importante universidad paraguaya.
En la despedida, Juan
Manuel Marcos me honró regalándome la edición
bilingüe de su novela con su dedicatoria personal.
Confieso haberla leído en un poco más de doce horas
que duró mi viaje de regreso de Buenos Aires a Roma
y, al llegar a Belgrado, todavía sentía la fuerza
inexplicable de una multitud de sensaciones,
mensajes variados y multifacéticos, que pienso que
todos y cada uno de nosotros, los lectores de El
invierno de Gunter, experimentamos
leyéndola. Y de nuevo, un año después y con la ayuda
de Alain Saint-Saëns, retomé el contacto con El
invierno de Gunter, al proponerme él traducir la
novela al serbio, oferta que me pareció una aventura
sin fin, un esfuerzo mágico de traerla a los
Balcanes y, por si fuera poco, presentarla en la
Feria del Libro de Belgrado, una de las más
importantes de esta parte de Europa.
Sin embargo, para poder
traducirla al serbio le pedí ayuda al joven filólogo
Ljubisa Cupac, profesor de lengua y literatura
inglesa, cuya participación fue decisiva para el
éxito de esa aventura literaria y traductológica. De
hecho, necesitaba yo confrontar mis sensaciones,
comprensión, percepciones, sentimientos que
perduraron después de la lectura y, hasta cierto
punto, cotejarlos con alguien de mi entorno cultural
y lingüístico quien, en este caso, había leído la
versión inglesa de la misma novela. Finalmente, la
novela El invierno de Gunter salió publicada
en idioma serbio por la Universidad Megatrend, para
luego ser presentada con éxito en la Feria del Libro
de Belgrado. El poeta y dramaturgo francés Alain
Saint-Saëns estuvo presente en su promoción en los
Balcanes, obsequiándonos con un discurso dinámico y
muy aplaudido.
Y ahora, la obra de
teatro Soledad, recreación teatral de la
novela El invierno de Gunter de Juan Manuel
Marcos, ¡escrita por Alain Saint-Saëns! Acepté
ilusionado escribir el Postfacio a petición del
autor, sabiendo que él conocía la relación bien
especial que yo tenía con esta obra – sin duda
alguna - maestral de Juan Manuel Marcos. Algo
parecido a sus experiencias que son mucho más
significativas y le hacen ser uno de los expertos
renombrados en la obra literaria de Juan Manuel
Marcos. También, sabía yo que la novela fue adaptada
al cine en 2007 y, por lo tanto, me entusiasmó aún
más leer el texto de su adaptación y recreación
teatral. Con gran inquietud y curiosidad hice la
lectura de la obra de Alain Saint-Saëns, esperando
ver, sentir, experimentar de nuevo la complejidad y
multidimensionalidad de la fábula, estructura,
estilo, de la novela El invierno de Gunter,
ahora adaptada al teatro bajo el título Soledad.
Vida y muerte de una poeta.
Alcé nuevamente la
vista hacía el desierto… Se sentía el calor ardiente
y palpitante… No había nadie... Todo era un páramo
de arena... Un sol abrasador y brillante… El cielo
azul...
([…]
clase de
Historia del Paraguay dada por el Profesor Azuaga en
la Sala Flaubert del Colegio Teresiano de Asunción).
Profesor Azuaga:
- Señoritas, por
favor, ¡prestad atención, que no lo voy a repetir
dos veces! (Girando hacia una de las chicas
perdida en sus pensamientos al mirar por el ventanal
abierto) ¡Soledad Sanabria!, ¿me escuchás? Estás
soñando ya otra vez…
En las escenas de los dos primeros actos se
alternan dinámicamente los personajes ya conocidos,
diálogos, pensamientos, descripciones, situaciones
dirigidas con gran habilidad por el dramaturgo
francés, uno de los mejores conocedores de la famosa
novela de Juan Manuel Marcos. Una vez más, he visto
y oído a Verónica, Alberto, Soledad, he leído sus
reflexiones individuales y grupales sobre los
encantos y secretos del amor, la sensualidad, la
lealtad, descubriendo a la par sus jóvenes cuerpos
desnudos y ansiosos por experimentar el amor y los
placeres sexuales.
A diferencia de la novela, ahora todo esto sucede
en la Asunción de Alfredo Stroessner, en un ambiente
lleno de sentimientos de incertidumbre, inseguridad,
dilemas, en vísperas de la tragedia que cada uno de
ellos experimentará: el asesinato... la muerte... el
arresto… la tortura… el sufrimiento… ¡la Muerte!
Verónica:
- ¡Qué pesada sos, Sole, por Dios, al siempre querer
resumir la existencia a un mero esfuerzo para
sobrevivir!
Al poner en el punto de mira esta relación
triangular, el dramaturgo francés nos permite ir
conociendo la compleja realidad de la sociedad
paraguaya de la época dictatorial del General
Stroessner, acercándonos paralelamente a la
problemática de diferencias ideológicas, sociales,
culturales y, hasta cierto punto, reflejando el
temor que condicionaba todos los niveles y aspectos
de la vida local de la época.
Verónica:
-
Y mañana, ¿vas a poder ir con nosotras del Teresiano
a manifestar en contra de la venida del Canciller
norteamericano? [...] ¡Acercáte vos, te digo! Los
poetas son bienvenidos, por lo tanto como no se
muestran inútiles…
Con la introducción del
tema de las manifestaciones contra el imperialismo y
la hegemonía norteamericana en América Latina, el
autor recalca sutilmente la importancia del brote de
las fuerzas democráticas en Paraguay del General
Stroessner, alabando al mismo tiempo la rebelión
eterna de los jóvenes descontentos, con aspiraciones
románticas de alcanzar nuevos objetivos, valores y,
sobre todo, la libertad. Por otra parte, la
introducción de este elemento hizo posible también
poder dar sentido a varias escenas de suspenso,
dudas, tortura, sufrimientos, momentos inexplicables
de crueldad y de terror, que terminarán con la
muerte de Alberto y Soledad, dejándole a Verónica
seguir luchando sola por sobrevivir. Y, después de
todo, ser una firme testigo de la eternidad de la
poesía, del amor, de la amistad, de los ideales que
siempre perduran y acaban triunfando.
Parecido a la novela de
Juan Manuel Marcos, el arresto de Soledad y la
preocupación de su madre, la única hermana de Pancho
Gunter, abre con toda lógica el espacio para la
aparición del paraguayo y su esposa Eliza Lynch,
quienes llegan a Asunción después de una escapada a
París, con intención de sacar Soledad de la cárcel.
Y, de nuevo, Eliza es la que demuestra una
consciencia socio-política realista y la
preocupación humana respecto a los peligros y
maltratos que posiblemente – según ella – sufre la
joven Soledad, encarcelada en un país cuyo gobierno
es dictatorial y, por consiguiente, no respeta los
derechos humanos.
Eliza Lynch (Con
un poco de vergüenza en la voz):
- La Policía ha arrestado a la sobrina de Pancho.
Hace meses que la detienen…
Mito Sequera:
- ¿La hija de tu hermana Amapola,
camello? ¿La que se casó con el peluquero liberal
viejo?
Pancho Gunter:
- Si, ¡ya se murió el febreristo! Fumaba como un
carretero. Se acusa a Soledad de ser marxista y
poeta.
Con estas palabras, pronunciadas por
Gunter en un buen restaurante gaucho de París, se
anuncia con toda la paradoja la escena final de esta
obra teatral, es decir, su desenlace que tan
magistralmente nos describe Alain Saint-Saëns. De
esa manera finaliza su obra teatral, con todo el
simbolismo que conlleva el mismo título del tercer
acto: ‘La muerte y la Victoria’.
Estábamos a punto de
llegar a Isfahán, después de un poco más de seis
horas de viaje. Se notaba al instante que es una de
las ciudades históricas más bellas de Persia:
palacios antiguos… puentes lujosos… mezquitas del
período de esplendor del Imperio persa… verdes
parques cuidadosamente estructurados… fuentes… una
tras otra… muchedumbre de gente y mujeres vestidas
de negro y gris… cubiertas… comerciantes… bullicio…
Me quedé pensando en la última escena de
Soledad. Recordaba lo que pronunció Verónica
en la tumba de Soledad, diez años después de su
muerte, en un Paraguay cambiado y tan diferente de
la época de Stroessner. Retumbaban en mis oídos sus
palabras:
Verónica:
A través de tu
poesía, has inspirado ya e inspirarás aún más en el
futuro a generaciones de jóvenes, que se sentirán
libres de cantar, objetar, manifestar, amarse como
quieran.
La lucha del poeta dentro
de la dictadura es importantísima, porque el amor
canta a través de los versos que son reflejo de
almas nobles deseosas de ser libres y vivir
libremente.
Slobodan S. Pajovic
Profesor de
Historia de América Latina,
Rector,
Universidad John Naibitt,
Belgrado,
Serbia