EDICIÓN
CRÍTICA
POR
KATHLEEN
COSTALES
(University of
Dayton, USA)
2016
ISBN:
978-1-937030-67-4 |
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La comedia calderoniana
No hay cosa como
callar (1638-1639) es una obra compleja, ambigua, e interesante,
que, a pesar de que merece mayor atención crítica, se sitúa plenamente
con el corpus de las obras menos estudiadas de Calderón. No hay cosa
como callar es una comedia oscura y enredada que tiene como eje central
la violación de la protagonista Leonor en la primera jornada. Ella no
conoce a su agresor y la única pista que tiene para descubrir su
identidad es una venera que logró arrancar de su cuello cuando la
violaba. En una serie de complicados enredos, Leonor intenta descubrir a
su violador y asegurar su silencio con el fin de resguardar su honor.
Esta edición toma en cuenta el importante
papel que ejerce la percepción masculina de la mujer y las repercusiones
que esta percepción tendrá a lo largo de la obra. Examina, además, la
forma en que Calderón utiliza la ya creciente popularidad del mito de
don Juan, a la par que distorsiona esta imagen en un intento de
empequeñecer las proporciones desmesuradas del personaje de don Juan. En
su protagonista, Calderón menosprecia las cualidades percibidas como
admirables del original, subraya lo negativo, y nos deja con una imagen
de un hombre violento y poco honrado. Leonor sirve de contraparte a don
Juan, pues los muchos fallos de él hacen resaltar el decoro, la
prudencia y la honestidad de la protagonista. No hay cosa como callar de
Pedro Calderón de la Barca es una verdadera obra maestra que, sobre
todo, merece ser leída, estudiada, y apreciada.
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Pedro Calderón de la
Barca
(Madrid, 1600-1681)
Educado en un colegio jesuita de
Madrid, estudió en las universidades de Alcalá y Salamanca. Con
veintitrés años de edad, Calderón estrenó su primera comedia Amor,
honor y poder en Madrid, el 29 de junio de 1623. Como el personaje
de don Juan en No hay cosa como callar, Calderón era Caballero de la
Orden de Santiago, y también participó en el sitio de Fuenterrabía
(1638), la acción bélica que forma parte del trama de nuestra
comedia. Se ordenó sacerdote en 1651, y en esta época comenzó a
escribir exclusivamente para el Rey, con la excepción de dos autos
sacramentales que escribía cada año para la ciudad de Madrid. Por
entonces ya era el dramaturgo más exitoso de la corte, y en 1663, el
rey lo honró al designarlo como su capellán de honor.
Junto con Lope de Vega, el padre de la nueva comedia, Calderón es
uno de los mejores y más prolíficos dramaturgos del Siglo de Oro
español. En 1681, el año de su muerte, Calderón calculó que había
escrito 110 comedias, 80 autos sacramentales, y numerosos loas,
entremeses y otras obras menores. Como todos los dramaturgos de su
época, seguía las pautas dramáticas ya establecidas por su
predecesor, Lope de Vega, pero Calderón logró alcanzar un mayor
grado de perfección técnica y en sus obras tenemos la culminación
del teatro barroco y se le reconoce como uno de los dramaturgos
principales, no solo de España, sino de la literatura mundial.
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Kathleen Costales
es Associate Professor de español en la Universidad de Dayton, EE.UU. Cursó sus estudios doctorales en
Vanderbilt University, en Nashville, Tennessee con
especialización en Literatura del Siglo de Oro. Su
investigación se centra en la comedia y los estudios
de género. Es autora de varios artículos sobre la
comedia de Calderón y de Lope de Vega. Su trabajo
actual está relacionado con la construcción de
comunidad en La traición en la Amistad y La
firmeza en la ausencia. Éste es su primer
libro.
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